La necesidad de devolver la prosperidad a la ciudad de Colón se ha convertido en una utopía, una promesa recurrentemente incumplida por los líderes políticos de la provincia durante más de 20 años. Esta situación ha llevado a la provincia a la decadencia y la ha transformado casi en una zona de guerra.
La provincia de Colón, ubicada en la costa caribeña, ha sido históricamente una región de gran importancia económica debido a su posición estratégica. Fundada en 1850 durante la construcción del Ferrocarril Transístmico, Colón se convirtió en un centro vital para el comercio y el transporte. La apertura del Canal de Panamá en 1914 consolidó aún más su relevancia, convirtiéndola en un eje crucial del comercio marítimo global.
Durante gran parte del siglo XX, la Zona Libre de Colón, establecida en 1948, fue un motor económico clave, atrayendo inversiones y generando empleo. Sin embargo, en las últimas décadas, la provincia ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo problemas de gobernanza, infraestructura deteriorada y altos niveles de criminalidad. Estos factores han contribuido a una disminución en la calidad de vida y a una percepción de abandono por parte de las autoridades nacionales.
Además de su importancia económica, Colón tiene un enorme potencial turístico. La provincia alberga sitios históricos como el Fuerte de San Lorenzo y el Casco Antiguo de Colón, además de contar con bellezas naturales como el Parque Nacional Portobelo y playas paradisíacas como Isla Grande y otras áreas costeras. Reconociendo este potencial, en los últimos años se han realizado inversiones significativas en proyectos de infraestructura turística, como la renovación del puerto de cruceros en Colón 2000 y el desarrollo de nuevos hoteles. Estas iniciativas buscan revitalizar la economía local, atraer visitantes internacionales y posicionar a Colón como un destino turístico de primer nivel en la región, sin embargo a pesar de todas estas iniciativas el deterioro de la ciudad, la falta de un plan planificación ha sumergido a Colón en un deterioro de tercer mundo.
¿Qué se puede hacer para traer el progreso a Colón? En un nuevo quinquenio de gobierno que apuesta por el turismo de convenciones, es imperativo que Colón se convierta en uno de esos destinos para estos turistas. Aunque todavía hay muchas áreas por mejorar, ya existen zonas que se pueden desarrollar, como el puerto de cruceros y el nuevo centro cultural en el antiguo colegio Abel Bravo.
Una alianza municipal con todos los hoteles de la capital y los tour operadores, acompañada de incentivos para atraer turistas, es crucial. Se debe promover que los visitantes vengan a Colón y regresen a sus hoteles en la capital, aprovechando la corta distancia de 45 minutos. Además, se puede iniciar con un subsidio estatal para ofrecer una variedad de entretenimiento, como espectáculos culturales, entre otros y que ofrezca algo diferente al turista.
Ahora esto no se puede lograr sin una participación activa de la comunidad. No es aceptable que nosotros mismos, como residentes, deterioremos las inversiones del gobierno. Debemos mantener la ciudad limpia y entender que, sin la colaboración entre sociedad, gobierno y empresa, no avanzaremos. Tenemos mucho que ofrecer, no solo en nuestra provincia, sino también en el país. En este quinquenio se juega el futuro. Venimos de muchos años de factores internos y externos complicados que nos han llevado al lugar donde estamos. Podríamos buscar muchos culpables y encontrarlos, pero ahora toca hacer un giro y pensar en el futuro de nuestros hijos. Es momento de mirar hacia adelante, no hacia atrás.
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